lunes, 16 de noviembre de 2009

Cuentito

Érase una vez un sabio al que acudían cientos de personas a consultare sus dudas, él respondía siempre con todo lo que tenía, sus verdades, sus preguntas, las preguntas de los demás, las respuestas que otros daban, incluso a veces decía lo que la gente quería oír.

Un día llego un niño ante el sabio, el día era lluvioso, el niño entro empapado a la choza de caña y madera del viejo sabio, el sabio, que además de sabio era bondadoso, invito al chico a acercarse a la chimenea. El chico le contó aquella tarde sus grabes problemas con sus amigos y sus peleas de chiquillos, nada importante, no obstante el sabio le escucho, pues era de buena educación y estaba acostumbrado a que los adultos le cotaran las mismas cosas que aquel chico como verdaderos problemas a resolver.

Pero tras una hora el chico pregunto al sabio, -¿usted que quiere ser de mayor?-, el sabio sintiendo un poco ridícula la pregunta, dijo -yo ya soy mayor-. El chico le miro y le dijo como el que no dice nada, -pero usted no es feliz dando consejos, se lo noto en la cara, usted estará dando consejos porque es el camino para conseguir lo que quiere, mi padre trabaja para un jefe que le hace trabajar muy duro, pero el quiere ahorrar algo de dinero para montar una carpintería, mi madre trabaja limpiando casas duramente, porque quiere una casa en a playa, yo estudio porque de mayor quiero ser piloto. ¿y usted por que hace esto?-

El sabio, sintió una puñalada en el corazón, era cierto el se había dedicado a ser sabio, y ahora que era sabio y la gente venia a consultarle, no quería nada sentía que podía conseguir cualquier cosa, pero lo cierto es que llevaba años sin conseguir nada de lo que quería, hasta el punto de dejar de saber lo que quería, de dejar de querer cosas, el anciano sabio se había dado cuenta que no sabia que quería ser de mayor, que no hacia nada para ser lo que quería ser. Respondió palabra vacías al chico y le menciono que había dejado de llover, el chico se marcho.

Nadie sabe lo que pasó después porque el sabio despareció para siempre.

2 comentarios:

Bahú bamba Lelë dijo...

Ah! si, si, si yo lo sé... se fue a comer pollo con arroz a tu casa, ¡era un sabio, no?!

Bahú bamba Lelë dijo...

por cierto, mira que preciosidad!!!
http://www.4ojos.com/blog/?page_id=52