miércoles, 29 de octubre de 2008

Canticos nocturnos

Listos para descansar,
zapatos voladores se escapan de los dedos,
botones se deshubican,
y entonces,
pijamas y mantitas,
calcetines calentitos,
sabanas suaves,
zapatillas de pelitos,
pensamientos bonitos
recubiertos de respiraciones amplias y relajadas
abren la boca en forma de bostezo,
entornan los ojos despacio
sin prisas ni relojes,
olvidan la gravedad, el trafico y las tareas,
sueñan,
desaparecen entre la espuma de las nubes
y entre canciones melódicas de reparaciones tranquilas,
descansan disfrutando de la vida
y entre el trafico de sueños
el ser reaparece invencible,
al amanecer de su día,
renaciendo de nuevo la alegría.

sábado, 25 de octubre de 2008

Aire...

Hoy me desnude temprano,
ahuyente las voces y los ecos,
el "tiquiteo" acompasado de mi mente,
y rendida mi razón al presente,
escuche pasos entre el techo cálido de mi pecho.

Hoy el tiempo dejo de existir unos segundos
un instante y una brisa,
y los pasos de mis pies sonaron a arena y verde,
el camino se hizo silencioso,
la llegada paradisiaca.

Hoy abandone la batalla y aparcada en doble fila me miro en la distancia,
yo respire del infinito paisaje de colores,
ella entendió que estaba lejos.

Al caer la tarde la recogí tímido y despacio,
pero en el interior de mi,
el aire colorido
ilustrará el futuro a pie descalzo.

lunes, 20 de octubre de 2008

Día de tristeza.

Tremenda,
como la hoja flota lenta en otoño,
mi rosa herida
hoy solloza.
Titubeante,
como la gota de rocío frente al abismo,
mi rosa herida
hoy huye.
Tosca,
como corteza herida del árbol muerto,
mi rosa herida
hoy se rinde.
Triste y seca de sí,
pliega sus pétalos
afila sus espinas
enjaula su mirada
y quedo sólo.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Espera...


Silencioso y taciturno,
corridos los ojos,
manchadas las manos,
cansada el alma.
El payaso triste
pintado de sonrisa
rellena un formulario
en la oficina seca de los hombres grises,
retuerce sus criterios
maltrata sus aplicaciones técnicas,
serena su humor repetitivo,
deprime su angustia,
y pone su nombre y apellidos.
Mientras miente sobre el papel,
los hombres grises desayunan.