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Tensión, miedo, angustia, nervios, tristeza...

Batido de esencias del alma amargas.

Tanto por hacer...

La suerte, la casualidad, o el martillo atronador golpea a un sigílo a lo lejos, y el mundo atormentado de tormentas incesantes calla, el silencio rodeado del ruido de los coches, los chillidos de los que estan en pie, caminando, de la gente que vive más alla de la burbuja.

Tanto dolor camina por las calles tanta mala suerte abandonada a su suerte, tantas vidas sin futuro naufragando a las orillas de África, Ecuador, India, España, tantos Estadounidenses muertos en las calles por falta de un médico, de una mano amiga.

Y yo y tú masticando el último helado del verano, disfrutando de nuestra buena suerte, sin tener en cuenta cada día a aquellos que no fueron afortunados.


Hoy más alla de toda religión o creencia imagino una oración:

" Almas que vagais solitarias y maltrechas por el mundo, seres de corazones ahogados, que quereis huir del mundo, al menos yo os recuerdo cada día, aunque mi recuerdo solo sea una sombra lejana, sabed que alguien os piensa"

Visión.

Rocío, dormía placidamente. El sol brillaba, cuando bajo ella se abrió una hondonada, y resbaló camino abajo entre un sin fin de caras conocidas, sumergida en la oscuridad, un rugido atronador le puso la piel de gallina y vio un chispazo de luz entre la neblina. El miedo le hacia temblar, cuando se sumergió en un abismo, una caída libre sin fin se apresuraba llena de luz ante sus ojos, el frío le recorría las entrañas y el viento le daba fuerte en la cara, vislumbró el mundo desde arriba, vio los pisajes repletos de surcos, las montañas, los valles, los horizontes cóncavos se abrían al paso del tiempo dejando luces y sombras rodeadas de niebla, veía al fin la ciudad, los humos de los coches, la ropa tendida y al final se golpeo contra un sombrero.

Esa gotita de agua desde el sombrero veía el mundo a ojos de hombre pero con mirada limpia de gota de lluvia.

Llegó el otoño.