lunes, 28 de febrero de 2011

Recorto trozos de mi historia,
los lanzo al vacío y la distancia,
flotan los barcos de papel,
y la historia pegada a la espalda pesa,
rompo los falsos acuerdos,
rompo los dibujos,
los lanzo al mar,
olas de basura en un mar de memoria,
me recuerdan que el pasado se enquista pesado en el pecho,
haciendo del futuro un perfecto ataúd de sueños rotos,
recuerdos olvidados queriendo siempre brotar,
el fin sin piedad clavada sobre nosotros
como una recompensa.

Lanzo caricias,
también,
pero los ojos de niño destruyen
el mundo con su luz de odio,
los veo por doquier.

Aprendí el odio después del amor,
no a la vez,
si no en fragmentos distintos,
bien diferenciados,
y así empaqueto emociones desde entonces,
razón de más para ver el final como un regalo.

La vida es hermosa con ojos de joven y triste con ojos de niño,
descubrí primero el lado oscuro
 esa fue mi primera impresión,
Cabalgo ente las olas de papel mojado,
con el pesado peso de la memoria
en mi pecho
siguiendo
el
barco de papel.
Y un día logré sentir el suspiro de la agonía,
Y sentí el peso arrastrarme al fondo
sin más dolor que el del final,
sin mas sueños ni futuros rotos,
solo con la esperanza de desaparecer yerto
entre las olas de papel.

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