martes, 7 de diciembre de 2010

Pameloides

Digo yo,
con las manos como esponjas,
con los ojos como platos,
con la boca en la frente,
y el pelo al viento.

Canta el día,
con las gafas rotas,
las horas contadas,
teniendo todo,
todo se le acaba.

 Grita el gallo,
con el brazo en alto,
las peras con miedo,
los labios amargos,
los vientos al sol.

Sacude el viejo,
fumigando las esquinas,
rompiendo los platos,
el cristal resistiendo,
filos de navaja,
sangre por las esquinas,
por los rincones,
entre las sombras.

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